La preparación de los tíbicos es muy sencilla:
- 1 vaso con agua (hervida fría, mineral o sin cloro).
- 1 cuchara de madera o plástica.
- 1 colador de tela o plástico.
- 1 cucharada de tíbicos.
- 1 trozo de panela o una cucharada sopera de azúcar morena o una fruta preferiblemente dulce.
- 1 frasco o envase de vidrio.
- 1 servilleta de papel o una tela porosa.
Se introducen en el frasco de vidrio los ingredientes, se cubre ayudado de un elástico con una servilleta o una tela porosa que le permita respirar a los tíbicos.
Dejar inmóviles a temperatura ambiente durante 24-48 horas. Tras este tiempo, se cuela el líquido resultante con un colador plástico.
Normalmente se hace este procedimiento de una mañana a otra, tomando el agua que queda (la que ha estado las 24 horas) en un vaso, en ayunas. NO debe endulzarse ni agregarle nada.
Los tíbicos que se adhieren en el fondo del recipiente son los recién nacidos. Hay que tener mucho cuidado al sacarlos y lavarlos.